Pero de todos modos, Twitter no es precisamente informativo. Pero tampoco absolutamente subjetivo. Siempre hay gente que lo emplea al estilo del clásico Toi del Bollycao, esas pegatinitas de un bichejo que decía “Toi aburrío”, “Toi machacao”, (largo etcétera), es decir, reduciéndolo a simples estados emocionales. Pero por algo el máximo son 140 caracteres y no 10. Parece que se inclina más hacia la opinión y hacia el plano humorístico: juegos de palabras, chistes, sátiras, ironías...

De entre todas las redes sociales de Internet, Twitter es la única en la que figura mediática y usuario de a pie coinciden en el uso y espectativas. En redes anteriores, los perfiles de los personajes públicos se enfocaban desde una perspectiva publicitaria, convirtiéndose en un escaparate donde sólo se anunciaban próximas apariciones o nuevos proyectos (función tan mecánica que era inteligentemente delegada en un publirrelacionista). El personaje estaba por encima del usuario y no precisaba mostrar ningún tipo de feed-back. Establecía el margen de acción del segundo, generalmente excluyendo un email o método de contacto directo.
En Twitter la historia cambia, porque no hay jerarquías, y tu comentario/crítica le llegará a @Vigalondo por el mismo cauce que el de @SSantiagoSegura. Podrá bloquearte evidentemente, pero a pesar de que no le interese un comino tu opinión, tus 140 caracteres aparecerán con el mismo tamaño y el mismo color, en el mismo lugar y por justo orden cronológico junto a las de su socio, su amigo del alma o su mujer. Es verdad que algunos conocidos practicaban este acercamiento ya en Facebook (como Samantha Villar) y otros muchos, en Twitter, continúan con la funcionalidad básica y medrada que nos les hace protagonistas de ningún hastag.
Pero en términos generales, las figuras públicas no descuidan a sus followers con Time-Lines de aburridas fechas y nombres de teatros, y les brindan todo tipo de información personal. El número de followers de los adaptados es similar al de los inadaptados, pero siempre hubo CLASES de followers. Los hay que siguen virtualmente del mismo modo que les siguen desde que se bajan del coche hasta que suben al avión y desde que salen del plató de Telecinco hasta que se meten en el de Cuatro. Y los hay que aceptan la condición humana de sus “ídolos” y los siguen para comprobar si en su vida diaria son tan carismáticos como parecen. Ahí viene la parte mala del Twitter, que se te caen varios mitos uno tras otro.
En resumen, Twitter es la red democrática, la que todos usamos de la misma forma abusiva y desmedida, y en la que no se nos conoce por salir más guapo en las fotos o por tener el record en Farmville, sino por lo que decimos. Lo más parecido a una barra kilométrica de un bareto cutre. La opinión en estado puro.
Muy buena entrada. Comentario escueto porque considero que tienes razón en todo lo dicho y no tengo nada rebatir.
ResponderEliminarMe gusta tu blog, es un concepto nuevo y lleno de grandes ideas, lo mirare con mucho interés. Me alegra que te gustara mi arte, es un honor recibir tu comentario, un fuerte abrazo. Y sonríe.
ResponderEliminarTwitter me encanta. Estar al tanto de todo lo que ocurre en el mundo, enterarte de cosas curiosas, poder buscar el tema que te interesa y comentar al respecto. Está genial.
ResponderEliminarPero, reconozco, que me empieza a dar miedo, porque no es una moda, es algo mucho más grande. Es un concepto a estudiar y tesificar.
No digo que derroque gobiernos, pero tiempo al tiempo. Esto puede convertirse en un elemento de ayuda o destrucción para quien sepa como mirarlo.
Con respecto a las entrevistas, me parece que está genial hacerlas vía twitter. Un soplo de aire fresco al periodismo.
Perdón por los retrasos en contestaciones al blog.
Saludos desde La Guarida ------- TOmás ILiescu
@paureguera
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