lunes, 23 de febrero de 2009

Indiferencia preocupante

Hace unos días realicé una encuesta callejera relacionada con el trabajo periodístico del anterior post, en la cual buscaba opinión acerca el lema publicitario "Dios no existe..." visible en varios autobuses de Madrid y promovido por asociaciones ateas interesadas en revitalizar el debate social sobre la religión. (ahora sí que veo clara la necesidad de profundizar y no darlo todo por sabido...) La verdad es que volví a casa extrañamente decepcionada. La mayoría de las respuestas (de los pocos que no se sintieron cohibidos por la amenazante grabadora y no pasaron de largo) eran de tipo nosabe-nocontesta:"No me interesa, no sé de lo que hablas, no lo he oído, me es indiferente". Los propios madrileños, usuarios habituales del transporte público de la ciudad y en general, de edad adulta, no fueron capaces de opinar brevemente (ni contestar con un simple monosílabo afirmativo o negativo) sobre una campaña publicitaria de gran repercusión mediática y relacionada con temas de gran vigencia en la actualidad como pueden ser las creencias individuales y el derecho de libertad de expresión. Es evidente que no es una cuestión de vida o muerte, pero no por eso debería pasarse por alto, ya que algo tan básico podría ser el desencadenante de otros acontecimientos que en un futuro sí nos afecten.
Resulta preocupante analizar ante que hechos nos definimos y ante cuales nos mostramos imparciales. ¿Por qué sólo ciertos temas de elevada carga humanitaria nos hacen reflexionar y sentir empatía con los allegados? ¿Por qué sólo nos apropiamos de lo más banal, trivial o cercano; de lo que automáticamente rechazamos sin necesidad de profundización? (véase el crimen, acoso, etc) ¿No consideráis, como yo, imprescindible emplear nuestros propios criterios para valorar cada noticia o hecho que conozcamos, y no sólo responder condicionados por el sentido común, o dicho de otra forma, lo que la sociedad clasifica superficialmente como bueno y malo? En definitiva,¿no es fundamental construir una ideología con la que afrontar lo que se nos viene encima día a día? Para ello no podemos prescindir de la opinión, de la discusión y de la confrontación de ideas. No debemos cuestionar sólamente lo que nos atañe directamente. Es indispensable ver más allá de una primera y establecida impresión. Sólo así nos es posible adquirir un punto de vista mejor ajustado a nuestros principios y actuar acorde a ellos.
Llevo preguntándome mucho tiempo hasta que punto es importante estar concienciado dentro de la sociedad, y porqué está mejor visto mantenerse neutral ante los fenómenos sociales, que no nos afectan de primera mano, que adquirir una ideología radical o extremista...¿Es más criticable el fanatismo que la pasividad? ¿Quienes son los que, al final, hacen que la sociedad cambie y evolucione?

1 comentario:

  1. "Me declaro culpable de los hechos de los que me acusan"
    No se me ocurre otra cosa que decir frente a la reflexión que haces.
    Y es que es verdad; muchos pecamos de excesiva pasividad, o mejor extremada indiferencia, frente a lo que vemos a nuestro alrededor. Bien es verdad que no podríamos vivir en una gran ciudad sin cierta dosis de ésta, pero no deja de preocuparme a mi mismo la falta de escrupulos que demostramos(que demuestro, que coño), por ejemplo, al pasear por la calle y esquivar personas sin hogar como si fueran simple mobiliario urbano.
    Enhorabuena por el post...

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Se ruega canalizar la aversión hacia mi persona sin recurrir a la extremista economía lingüística del msn, al estilo montaña rusa quinceañero o a la jerga "hoygan" (en este último caso será inmediatamente investigada la IP del visitante para obsequiarle con un diccionario de bolsillo)

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