domingo, 29 de enero de 2012

"Elling" y lo inculta que soy

¡Vuelvo! (¿qué apolillado y pasado de moda se ha quedado el diseño, no?)

...para hablar de la obra de teatro que ví ayer. Se llama Elling y en ella actúan los actores Javier Gutiérrez y Carmelo Gómez, junto a algún otro, para su desgracia, eclipsado, y un pianista muy mañoso.

La obra está bien (qué va a decir uno si el mero hecho de sustituir la banqueta del bar por una localidad numerada y el manido trato del camarero por una actuación original e irrepetible hace de una noche de sábado, una noche especial). En serio, las actuaciones, como fan declarada de la serie de TVE Águila Roja y de Saturno García, he de alabarlas por verosímiles y complejas. La puesta de escena también hace que merezca el aplauso desgarrador "de palma de mano". Pero la historia queda poco atada, según la humilde opinión de alquien a quién le gusta que todo tenga un por qué tarde o temprano y le cansa el socorrido recurso de la libre interpretación. Que cuestión de tiempo no es, que la obra dura casi dos horas y he visto cortometrajes más redondos.

En mi opinión, quedan muchos cabos sueltos porque hay demasiados cabos que atar, demasiadas ideas lanzadas al aire, matices, lecturas de la historia. De hecho, creo que las asociaciones de teatro lo hacen a conciencia. Escogen la trama complicada hasta límites insospechados, la trama que adorna cual artista barroco obsesionado con la apariencia lo que en el fondo es una historia simple, llana y vulgar, como todas las historias de esta vida.

En las obras recién estrenadas y de actores cotizados (debo reconocer que mi muestra experimental es de 3 obras), noto que, como pasa con los Best-seller en la literatura, hacen exagerado alarde del plano intelectual, con contínuas alusiones a pensadores y a sus ornamentadas reflexiones propias de siglos pasados en los que no existía Twitter. No, no me gusta esa pretensión del teatro moderno por parecer más de lo que es, más exquisito, más selecto, más sobrio, más restringido.

Quizá el problema sea mío por no ser lo suficientemente culta para entender todos los guiños de la historia. Pero sigo pensando que las artes de este siglo sobrevaloran la forma en un intento de darse aires de grandeza. Esos escritores, por ejemplo, que comienzan sus libros con frases llenas de palabras del castellano en desuso, cuando a veces, un simple refrán, tan popular y ordinario, dice más y en menos tiempo.

5 comentarios:

  1. Hey!!!!
    Ya hacía tiempo que se te echaba de menos ;))
    Me alegro que hayas vuelto y espero que se convierta en una costumbre.
    En cuanto a lo que cuentas, estoy bastante de acuerdo contigo. A veces sales con la sensación de que te has perdido algo, cuando lo único que pretendías es pasar un buen rato.

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  2. Está el tema sobretodo en actores que hace TV de recalcar muy claramente que ellos también saben hacer teatro. O lo que es lo mismo remarcar por la vía tremenda y cultisma que lo mismo que te hacen una tortilla francesa (Serie TV) te hacen unos escargots (Teatro enrevesaderrimo). Y esos temblores de amor propio en dichos actores a veces quien lo paga es la obra en sí misma.

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  3. http://www.youtube.com/watch?v=9zuazAFlyqA ;)

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  4. Joder qué complicado es enviarte un mensaje privado. Necesitaría invitarte a un café para explicarte el sentido de mi comentario, pero aquí en Londres están malísimos. Quédate con esto... últimamente he leído un montón -casualmente- sobre las dudas que te plantea esta obra. Y al final, pues... se te queda la sensación que me deja a mí la letra de la canción. Vaya, al final no ha hecho falta café.

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  5. Hola, a todos, me encanta el teatro y esta es la obra más horrorosa que he visto en mi vida, MALA, MALA es poco

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Se ruega canalizar la aversión hacia mi persona sin recurrir a la extremista economía lingüística del msn, al estilo montaña rusa quinceañero o a la jerga "hoygan" (en este último caso será inmediatamente investigada la IP del visitante para obsequiarle con un diccionario de bolsillo)

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