miércoles, 7 de abril de 2010

¡Sonríe y dí patata!

Tenía ganas de escribir sobre el profesional de la fotografía (sí, soy un poco monotemática pero lo de casa tira mucho...) y las polémicas en cuanto a la correcta ejecución de su labor. Estas dos imágenes, de Kevin Carter y Eddie Adams respectivamente, fueron galardonadas con el premio Pulitzer, y ambas levantaron ampollas. Aquí es donde yo me exaspero, para variar; los fotoperiodistas se sumergen en un campo de batalla donde impera la ira, la frustración y el absurdo, portando únicamente una cámara de fotos que les sirve de herramienta de trabajo y de escudo al mismo tiempo. A través de su objetivo observan matanzas sin clemencia, y a pesar de encontrarse presionados por el sufrimiento ajeno y la incomprensión de la causa, no pueden girar la vista o dejar la lente en el suelo y correr a proteger al niño indefenso. Y si no pueden abandonar la visión que les ofrece aquella pantalla digital será porque algo sin precedentes se oculta a través de ella, algo que necesite ser contemplado.













En lo referente a la primera foto (posiblemente la mejor fotografía periodística de la historia), desde un punto de vista técnico es sublime, y su contenido debe analizarse de forma racional y sin sentimentalismos. Con esto no quiero decir que uno pueda mantenerse indiferente, sino que debe darse cuenta de que lo realmente importante de la foto no es quien aparece en ella, sino el sentido global de la misma. Sinceramente no me interesa el paradero de la niña, porque como ella habría muchos otros niños y adultos malheridos en cada esquina, y otras muchas personas a su alrededor que podrían interesarse por su deteriorada salud. La crudeza del acecho del buitre debería transportarnos a aquel submundo en vez de hacernos lloriquear escandalizados buscando cualquier pretexto con el que condenar la amarga evidencia y poder continuar con los ojos bien cosidos. Esta muestra de cobardía, unida al hecho de que las querellas se han convertido en el pasatiempo preferido de gente ociosa y bien acomodada, denigra el trabajo del fotógrafo de guerra y lo envuelve en sensacionalismo, cuando precisamente dista un mundo de ello.

Para terminar, dejo un corto que aviva nuevamente el debate, pero con un caso mucho más extremo como es el de presenciar un homicidio y fotografiar el cadáver.

10 comentarios:

  1. pues yo quiero ese diccionario de bolsillo.

    Respecto al tema que propones me resulta complicado pronunciarme. El relato más escalofriante que revolcó mi imagen sobre los fotógrafos, que no fué el caso, es el de la niña en guatemala, creo, me es indiferente, fué grabar con una cámara a una niña que pedía ayuda atrapada entre ramas y escombros dentro de un rio. El cámara grabava y seguía realizando su cometido, reportero. Pero... ¿en realidad no podía hacer nada mientras veía por el objetivo que la niña se moría? Debería preguntárselo personalmente, qué opinión le merecía.

    Desde luego que en grandes catástrofes acometen su labor de informar al mundo cómo está la situación, pero y digo yo... ¿a quien deben ir dirigidas esas imágenes? al pueblo o a los políticos con su gobierno. No se, son pensamientos que tengo, en este mundo que vive de lo supérfluo.

    Con amor siempre se mira desde otra perspectiva aunque sigamos viviendo en esta vida.

    mi nombre es ana

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  2. Sobre la foto de Carter o el papel que juega el periodista hay cierta disparidad de criterios. El periodista no puede involucrarse; de acuerdo. Ve y refleja sin conmocionarse. La delgada línea se traspasa cuando se espera a ver posarse el buitre que aparentemente huele la muerte. Aparentemente porque quizá el contexto, si abrieramos el objetivo nos daría otra imagen. Lo mismo sucede con el propio Carte: su suicidio, ¿tuvo que ver con los remordimientos relativos a la foto? Hay siempre tantas perspectivas, puntos de vista. Me gusta darle la vuelta siempre a lo que parece tan evidente...

    un besote!

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  3. Quité la entrada de Leo porque voy a alargarla y así ya la pongo entera :)

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  4. Te has currado mucho la entrada. De todas formas, dado que pareces ser alguien que se preocupa por la cultura ajena, te haré yo a mi manera de desconocido un pequeño obsequio:

    http://www.exvagos.es/fotografia/94144-foto-mito-cantares.html

    Concretamente el segundo artículo, donde se desmonta el mito.

    Por lo demás me ha gustado tu estilo, daré una vuelta a ver. Saludos.

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  5. ¿Alguien puede tenerte aversión? No creo. Pero yendo al punto, creo que tenemos una óptica distorsionada de las cosas, me sucede esto a menudo: cuando alguien cuenta lo que vio lo tildan de los peor y es odiado, aunque él "sólo" lo cuenta, el hecho lo realizan OTROS, lo que quiere decir que OTROS son los malos, NO él. Así me supongo es el trabajo del fotógrafo difundir al mundo la verdad de un hecho. Los malos son otros, de la niña que muere de hambre me parece, los malos son aquellos que tienen fortunas de MILLONES DE DÓLARES pero como estamos un un mundo capitalista y SECRETAMENTE aspiramos a tener tanto o más que ellos, NOS QUEDAMOS CALLADOS sin instaurar una ley que ponga límites a las ganancias, porque no olvidemos que cuando alguien gana desmesuradamente PUEBLOS ENTEROS mueren de miseria. ¿Culpable es el fotógrafo? Los buenos tenemos LA OBLIGACIÓN de ser buenos, de ayudar aún a costa de nuestras vidas, los malos NO TIENEN LA OBLIGACIÓN de no ser malos, contra los malos no decimos nada, a los idiotas de los buenos siempre dirigimos toda nuestra artillería, ¿no ves que los malos JAMÁS nos harán caso? Para el bueno hasta ABSTENERSE DE AYUDAR ES UNA MALDAD, osea la abstención no es lo neutro como es la definición, sino es lo MALO. Con respecto al asesinato en vietnam me parece los que llevan el odio a sus extremos NO es el fotógrafo, son dos personas (una activa y otra pasiva) que no tienen NADA que ver con el objetivo en sí de la pelea de naciones en la cual se comprometieron, porque gracias al capitalismo salvaje y depredador las naciones han optado por defender sus riquezas con la vida de sus ciudadanos, ¿no ves que para los malos, hay carta blanca para hacer lo que quieran con tal de alcanzar sus riquezas? Y los pobladores inocentes de esa ambición ¡¡¡LOS SEGUIMOS!!! porque ellos (los malos) han dado leyes para que nos obliguen a ello, y los beneficiados (como siempre)son los malos, los cuales (otra vez, ¡como siempre!)salen ILESOS. Un abrazo.

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  6. @Anónimo: El caso que tu mencionas no es comparable, ya que la escena fotografiada carece de cualquier interés periodístico (una niña a punto de ahogarse) y es una persona en peligro real. Ahí opino que sí debe intervenir.

    @Bellaluna: Lo que parece previsible y evidente en este caso es la relación de su suicidio con una simple fotografía, cuando vivió rodeado de desolación, presión, drogas y muerte. Personalmente creo que las críticas fueron sólo la gota que colmó el vaso.

    @Art: Gracias por el artículo. Es una interesante hipótesis con la que reafirmar mi opinión. Por cierto, tu nombre de usuario de recuerda a la película de Too much, de Antonio Banderas.

    @El Drac: El fotógrafo no es más que un simple intermediario. Es tan absurdo culparle de presenciar estas escenas y mantenerse al margen como culparle de no intervenir en una inundación o en un secuestro.

    ¡Gracias a todos por vuestros comentarios!

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  7. "Muchos lunares y mucho azúcar. Espero que esta no desaparezca."


    ¿A qué te refieres con los lunares? Me has dejado desconcertada, ¡si el texto no menciona los lunares!

    Ah, y no acostumbro a borrar entradas, solo la de Leo porque quiero ponerla entera dentro de poquito, así que no te preocupes :)


    pd: el video lo había visto hace tiempo y me resulta tremendo. El ansia de ver algo y la duda entre lo que deberías hacer y lo que podrías hacer que te reportará un beneficio enorme.


    (pestañeo)

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  8. Ahhh coñe, lunares de la ropa jaja. Estaba pensando en lunares de la piel. De esos sí, es adrede, para envolver el relato :P

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  9. Ohh, ¡no odio las mayúsculas! Es que me encantan las minúsculas (L)
    Es como desnudar el cuento, ciertos tipos de relatos me gusta que sean en minúscula, son como más puros, no sé.


    pd: a ver si dejo de mandarte comentarios que te estoy llenando yo sola el post jajaja.

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  10. ¿No habéis visto una obra representada en Las Rozas llamada "La culpa"? Yo aún no, pero ahí se refleja la tortura psicológica del fotógrafo Kevin Carter, antes de suicidarse, grabando un vídeo para su hija de 5 años explicando que le habían juzgado mal e injustamente, pues LA NIÑA DE LA FOTOGRAFÍA EN REALIDAD SÓLO ESTABA DEFECANDO Y DESPUÉS VOLVIÓ A SU ALDEA ¡Se supone que nada más!, por lo que el señor Carter no tuvo la frivolidad de fotografíar a una niña muriéndose de hambre para después no ayudarla y aprovechar la imagen del sufrimiento para convertirla en foto artística.

    Saludos!

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Se ruega canalizar la aversión hacia mi persona sin recurrir a la extremista economía lingüística del msn, al estilo montaña rusa quinceañero o a la jerga "hoygan" (en este último caso será inmediatamente investigada la IP del visitante para obsequiarle con un diccionario de bolsillo)

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